Maharasyi forma parte de la primera generación de una familia de origen indonesio-americano, que busca ganarse su lugar en la música. De niña siempre quiso seguir los pasos de su tía, quien también era cantante, y en 2011 se le dio la oportunidad de grabar con un sello discográfico en Indonesia. Aunque no le fue nada mal, quiere ser un ícono en América, el país que la vio nacer.