Se acerca el día de la conmemoración de Vittorio Settembre y Mina está hecha un manojo de nervios. Su madre Olga no quiere participar. Además, las sospechas de Mina sobre la misteriosa amante de su padre la dirigen a un viejo colega. Encima de todo, tiene que lidiar con el caso de Lucía, una mujer embarazada que está a punto de ser desalojada. Mina se toma en serio su historia y sospecha que Max, el novio de Tweety, está involucrado. Su amiga no quiere escuchar razones: Max es perfecto, nunca le haría daño a nadie. A medida que el caso se desvanece, más y más sombras se acumulan sobre Max.